Customer Centricity: 6 Claves para enfocar al cliente en el centro

Customer Centricity: 6 Claves para enfocar al cliente en el centro

A lo largo de la historia, las empresas se han regido por una cultura Organization Centric, concentradas en el producto, siendo el cliente un simple medio para conseguir beneficios. Sin embargo, hoy en día esto ya no es suficiente.

En las últimas décadas, la sociedad de consumo ha evolucionado de una manera extraordinaria gracias a la tecnología. Esta ha permitido a los consumidores acceder a más proveedores, obtener más información y, a su vez, establecer una comunicación bidireccional. Todos estos avances les han dotado de mayor poder de decisión, haciendo que valoren muchos más aspectos además del precio de un producto o servicio. En un mercado en el que cada vez cuesta más destacar sobre la competencia por precio o calidad, se hace necesario modificar la filosofía de empresa para atraer y retener clientes. Es aquí donde entra en juego el concepto de Customer Centricity, o lo que es igual, enfocar al cliente en el centro.

 

Aunque suene como algo muy moderno, este término ya fue acuñado en 1967 por Lester Wunderman cuando definió el Marketing Directo. El Customer Centric Marketing o marketing orientado al cliente, como su propio nombre indica, es una ideología que pone al cliente en el centro. Su objetivo es crear experiencias positivas para el consumidor durante todo el proceso de compra, desde la primera toma de contacto hasta la postventa, basándose en el amplio conocimiento de la conducta del consumidor. El cliente es el fin, al que se debe escuchar y atraer hacia los productos diseñados para él.

Esta filosofía de poner al cliente en el centro, se posiciona como la mejor garantía de estabilidad de una organización a lo largo del tiempo, ya que es una excelente manera de adaptarse a los cambios mucho más deprisa que la competencia y también de crear un valor de marca a través de la personalización de la experiencia de cliente. Además, el 84% de negocios que aplican esta estrategia afirman que sus beneficios han aumentado más rápido. Pero ¿están preparadas las empresas para acometer el proceso de transformación necesario?

Es probable que no. El proceso es largo y complejo. Un reto titánico consistente en modificar por completo la cultura de la empresa y conseguir que cale en todas las personas que la integran, comenzando por Dirección hacia el resto de departamentos. Todos, absolutamente todos los integrantes, deben asumir esta filosofía como método de trabajo y accionador de decisiones.

Sin duda, el primer paso para ello sería aumentar la empatía, término que la RAE define como: «Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos». Pero esto no significa enfocarse en toda la clientela. Lo razonable sería tener en cuenta el Customer Lifetime Value. Esto significa discriminar clientes, centrarse en los más rentables para escucharles, porque, a fin de cuentas, serán ellos quienes incrementen de forma notable los beneficios.

A lo largo de este artículo expondremos las que consideramos, según nuestra experiencia como Consultores B2B y como mentores de estrategia comercial, son las 6 claves para establecer la mentalidad Customer Centricity.

 

 

Customer Centricity
Customer Centricity

1. Organización Customer Centric: Alineación Interna

Con “alineación interna” nos referimos a que la mentalidad de empresa cale en todo el equipo, que todas las acciones se realicen con un objetivo común, que exista una comunicación fluida, así como la colaboración entre distintos departamentos y que nuestras acciones sumen, en lugar de entorpecer. Estar alineados significa además empatizar y entender que los otros también aportan a la experiencia de cliente desde sus funciones. Es imposible proporcionar una buena experiencia si los procesos y las personas no están alineados con este objetivo.

A lo largo de nuestra práctica realizando diferentes workshops de Marketing B2B, hemos podido observar la habitual dificultad de comprensión o el desconocimiento hacia el trabajo y los problemas de otros departamentos. La tecnología puede ayudar a alinear diferentes departamentos con nuestro propósito, pero si no hay una visión Customer Centricity firme, clara y compartida por las personas de las diferentes áreas, entonces no lo lograremos.

Podemos hablar de cuatro puntos clave para conseguir una alineación integral:

  1. Liderazgo: La Dirección debe comunicar su compromiso con esta mentalidad, transmitiéndolo a mandos intermedios e inspirando al resto del personal, para que todos la asimilen. Además, ha de actuar dando ejemplo y perseverar en su misión. Esto no se consigue solo a base de reuniones. Es necesario fomentar la capacitación y el conocimiento.
  1. Incentivar a los empleados: Los incentivos compartidos deben ser coherentes con los procesos y, además, deben acelerar de forma proporcional la asimilación del trabajo transversal y de la importancia de la mentalidad Customer Centricity.
  1. No alejarse del cliente: A través del conocimiento y del contacto con los distintos equipos, podemos mantener la cercanía con el consumidor. Un paso importante para conseguirlo consiste en la adaptación del sistema de información y en la incorporación de datos comerciales a los procesos horizontales, priorizando aquellos KPI´s que se revelen como significativos para mejorar la experiencia.
  1. Empoderar el front-live: se trata de incrementar la capacidad de toma de decisiones e independencia de aquellos departamentos que más contacto tienen con el cliente.

Otros puntos a considerar con el fin de establecer una mentalidad de cliente en el centro podrían ser: los famosos Test A/B o la posibilidad de realizar pruebas de mercado con Channel Partners.

2. Cultura Customer Centricity: Escuchar, entender, solucionar

Mentalidad Problem Solving

Las empresas que mejor aplican la cultura Customer Centricity, tienen claro que deben resolver problemas a sus clientes en diferentes momentos y no solo a través de productos y servicios. Ofrecer contenido profesional, servicio postventa, equipo técnico o consejos a través de un vendedor, pueden ser maneras de solucionar pequeños o grandes contratiempos. De esta manera estaríamos utilizando nuestro expertise para generar un valor personalizado al cliente.

Que una organización comprenda esto y desarrolle la curiosidad necesaria para entender qué es lo que «mueve a un cliente» o, como ilustra la teoría de Jobs to be Done, «qué intenta resolver», puede llegar a ser una ardua tarea. Y esta comienza por el propio propósito y visión de la empresa. Estos deben reflejar con claridad los problemas de sus clientes en su exposición y también la actitud de la empresa ante ellos.

Una verdadera organización customer centricity se preocupa, no de lo atractivo que resulta su lema o visión, sino de trabajar su asimilación y desarrollo. En este sentido, los casos de éxito pueden ser herramientas poderosas a la hora de dinamizar una estrategia centrada en el cliente. Estos han de estar bien planteados, con evidencia y rigor, y aplicando su desarrollo transversal a todos los departamentos, no solo con ventas.

 

Institucionalizando la escucha al cliente

Institucionalizar consiste en aplicar una serie de mecanismos y procedimientos vinculados a la forma de actuar y de comunicarse de todos los departamentos de una empresa, con un objetivo sólido. Esto se consigue a base de repetición y funcionalidad.

En una organización que presuma de colocar al cliente en el centro, la escucha no debe ser pasiva ni derivarse de manera exclusiva al equipo de ventas, sino que ha de involucrar a todos los integrantes. El resto de departamentos, como: equipo técnico, logística, atención al cliente y calidad, también tratan con clientes, proveedores y competidores en otros momentos del recorrido, donde obtener información puede resultar más natural y de gran utilidad.

Conocer los problemas y emociones del cliente, cuál es su visión, recibir ideas provenientes de su propia boca…, resulta de un valor incalculable. Si además lo implementamos con la escucha digital (Google Analytics, Redes Sociales, etc.) el valor crece exponencialmente.

A mayores de los datos aportados por Google Analytics, también podemos obtener información sobre el cliente B2B2C de mi cliente, de proveedores, de asociaciones, etc. Son muchas las fuentes a nuestra disposición si tenemos claro a qué debemos prestar atención.

Es recomendable proactivizar la escucha de manera estratégica, preparando preguntas si es necesario. Premiar esta búsqueda anticipada y la aportación de información enfocada en el consumidor por parte de cualquier persona dentro de la compañía, es una iniciativa muy inteligente en aquellas empresas que creen y aplican una estrategia de marketing orientado al cliente.

Algunas apuestan por combinar, de manera sistemática, fuentes propias y profesionales externos en análisis de clientes, con el fin de eliminar el sesgo de la relación personal al realizar entrevistas.

Esto funciona muy bien en las entrevistas cualitativas del Buyer Persona. Esta es una herramienta muy potente para el desarrollo de hipótesis y para el enriquecimiento de dinámicas transversales.

A continuación, os mostramos un ejemplo de Buyer Persona de la plataforma Uxpressia.

Ficha Buyer Persona
Ficha Buyer Persona

Muchas empresas le llaman VoZ de Cliente a la metodología empleada para captar información del mismo (incluidas sus emociones) a tiempo real. A posteriori se analiza y se traduce en acciones a aplicar para mejorar la experiencia de cliente y reforzar su influencia en la organización.

3. Transversalizar el diseño de la experiencia de cliente: Customer Journey Map

Participar en el diseño de una experiencia de cliente, de forma equitativa, con diferentes departamentos e incluso con clientes propios, es una de las dinámicas más potentes que pueden existir. Esto se debe a que se conjugan diferentes puntos de vista alrededor de una misma realidad. Si los intereses, o al menos las prioridades, son comunes entre todos los participantes, el resultado será un éxito, pues tanto el cliente como la empresa habrán ganado. El cliente consigue una mejor experiencia y verá resueltos sus problemas, mientras que la empresa se posicionará en el camino del desarrollo, la innovación y la adaptación al mercado.

Lograr que cualquier persona del equipo se sienta partícipe de este proceso de diseño tiene un gran efecto transformador si percibe que su intervención ha sido tenida en cuenta. Por tanto, podríamos considerarla una forma de motivación interna.

Por otro lado, si un cliente advierte que aquello que le han preguntado ha sido escuchado y ha servido para algo, se sentirá muy considerado.  Así conseguiremos aumentar la conexión emocional con la empresa y ayudar a construir una relación duradera.

4. Estrategia Customer Centricity: Dinámicas de Inmersión

Buscar y establecer puntos de encuentro entre personas es algo muy importante para las empresas. Puede parecer obvio, pero en realidad no lo es tanto, ya que las personas dentro de las organizaciones suelen ocupar zonas de confort llamadas “silos”. Son posiciones rígidas entre las que puede llegar a resultar complicado establecer relaciones transversales. El nuevo concepto de organizaciones líquidas o cultura Agile, ya trabaja ese movimiento interno de la gente, pero no el externo con clientes.

Cualquier empresa preocupada por el marketing orientado al cliente, debe crear otros espacios de encuentro, más allá de la visita del vendedor o las ferias. Las estancias de clientes en la fábrica son excelentes ocasiones para compartir, preguntar, escuchar, etc. El lujo de tener a un cliente y a su equipo en tus instalaciones es una oportunidad que se ha de aprovechar para escucharle, siempre con foco.

En un artículo anterior os contábamos cómo dos empresas industriales líderes (Veka y Finsa) habían captado la importancia de este momento a la perfección y por ello habían desarrollado espacios colaborativos muy poderosos en los que fomentar conversaciones y dinámicas entre las personas de su organización y de su ecosistema, como: prescriptores, escuelas universitarias, clientes, proveedores, etc.

Una cultura orientada al cliente debe promover la interacción con él, generando nuevos campos de colaboración a través de servicios, eventos o proyectos conjuntos. De esta manera se consigue integrar en la conversación a aquellos departamentos de la empresa con menos relación natural. Un buen ejemplo puede ser una formación para clientes de mi cliente, donde compañeros de calidad y producción compartan ciertos aspectos de la problemática global, y que a su vez nos permite escuchar y retroalimentar el expertise de la empresa.

Más allá del mundo físico, la tecnología nos permite relacionarnos sin necesidad de hacerlo de manera presencial. Esta es una buena opción para fomentar los puntos de relación cuando no pueden ser físicos. El mundo virtual está ahí y ya se han organizado varias ferias y eventos virtuales. Estamos seguros de que el uso de las nuevas tecnologías facilitará la experiencia de contacto.

5. Transformación digital en torno al cliente: adquiriendo competencias digitales

Esta transformación no solo consiste en contratar personal capacitado con nuevas competencias digitales, sino también en desarrollarlas en los integrantes de nuestro equipo.

La capacidad de empatía se multiplica en aquellos que saben buscar y leer contenidos digitales con asiduidad. Quienes saben analizar Google Analytics para entender un comportamiento y, además, son capaces de segmentar en Linkedin o tienen la curiosidad suficiente para buscar keywords o tendencias en Google Search Console o Google Trends.

No perdamos la capacidad de acercar las competencias a las personas de forma sencilla. Podemos partir desde acciones básicas como: manejo de Google, redes sociales en modo orgánico, manejo de plataformas de videoconferencia, hasta las más avanzadas: analítica digital, Linkedin Sales Navigator, programas de automatización, etc.

Un buen primer paso puede ser naturalizar y positivizar el proceso de utilización del CRM, enseñando cómo y para qué puede ser útil. Además, se debe identificar a los early adopters y enfocarlos para que desarrollen todo su potencial. Solo después de esto debemos salir a buscar competencias fuera. Antes brindémosle la oportunidad de mejora a quien así lo desee dentro de nuestra organización.

Por último, no debemos olvidar a nuestros clientes. Si somos marca y queremos ayudar aportando valor, debemos entender que pueden estar esperando de nosotros que los eduquemos. Esta es otra manera de mejorar la experiencia de cliente. Por esta razón, numerosas empresas ya disponen de academias digitales para sus compradores. Sobre ello hablamos en otro artículo muy interesante: educación de los clientes B2B o Industriales.

6. Customer Centric Selling: venta consultiva

Por último, pero no por ello en lugar menos importante, tenemos al departamento de ventas. Llegados a este punto, sería interesante cuestionarse: ¿Qué esperan nuestros clientes de los vendedores? ¿Qué problemas está teniendo el departamento para adaptarse?

Las nuevas generaciones de clientes no quieren perder el tiempo escuchando los mismos discursos de siempre. En cambio, desean que se les ayude de manera eficiente, tal y como ellos lo necesitan: con valor, herramientas, foco y experiencia. Para ello, el profesional de ventas debe conocer muy bien a su cliente: qué hace y cuáles son sus problemas cotidianos. Sin embargo, esta información no es fácil de obtener. ¿Cómo podemos ayudarles a conseguirla?

Tanto el equipo de marketing como el realizar una buena segmentación de clientes adquieren en este momento una importancia especial, pues son fundamentales para conocer mejor al cliente y, además, proporcionan herramientas de gran valor.

En un reciente estudio de proceso de compra B2B entre compradores, la consultora americana Korn Ferry remarcaba como primera causa de valoración de los profesionales de ventas por parte de sus clientes «que entiendan mi negocio, mi situación y mis necesidades».

En esto consiste la venta consultiva: asesorar al cliente de forma personalizada para que adquiera el producto más adecuado a sus necesidades, sepa usarlo, se sienta satisfecho y repita el proceso de compra.

Conseguir comprender al consumidor y su contexto supone un cambio cultural radical y es la base del marketing centrado en el cliente: dominar en profundidad qué le preocupa y saber estar ahí, adelantándonos cuando sea necesario.

La cooperación entre ventas y marketing es indispensable, pero lo es más la sensibilidad de la empresa para aplaudir la capacidad de un profesional de ventas para buscar información, introducirla en un software CRM, compartirla con marketing y ponerla sobre la mesa en una reunión.

La época del «chicos a la calle» se terminó. Sí, es necesario estar en la calle, pero actuando con foco y esto se consigue buscando información previamente, interactuando con otros compañeros, atendiendo a la voz de cliente y preparando preguntas.

El concepto de venta consultiva suena muy prometedor, pero debe generarse de fuera hacia dentro, empatizando en primer lugar a través del profesional de ventas. Sin el compromiso íntegro de este departamento, no se alcanzará una perfecta mentalidad Customer Centricity.

 

Conclusión

Sin duda, aplicar todo lo mencionado supondrá para la organización un gran esfuerzo, pero está demostrado que la cultura customer centricity genera considerables beneficios como:

– Fidelización a largo plazo.

– Asegura la sostenibilidad del negocio.

– Refuerza la coherencia de marca.

– Genera nuevas oportunidades.

– Es una ventaja competitiva.

– El cliente se convierte en embajador de marca.

Motivos más que suficientes para que el esfuerzo que conlleva establecer esta cultura merezca la pena, sobre todo si la planteamos como una misión a largo plazo.

¿Consideras primordial generar un cambio y establecer una cultura centrada en el cliente? ¿Te acompañamos durante el proceso?

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